Todo se lo debemos a Ademna. Ellos nos animaron a participar en sus actividades realizando dos sesiones sobre Japón. En la primera, dimos una charla y en la segunda, nos adentramos en la gastronomía japonesa realizando un taller.
Desconocíamos el alcance y la repercusión que podían tener estos talleres. Tanto, que el primer día estábamos cardíacos. Sin embargo, pronto nos relajamos. Las personas de la asociación se portaron muy bien con nosotros, fueron muy cercanas y además, estábamos poquitos. Sólo los socios de Ademna más unos pocos amigos a los que logramos engañar y a los que desde aquí queremos agradecer su apoyo.El primer día, salimos entusiasmados.
Después de esta primera experiencia pensábamos que el taller de cocina iba a ser coser y cantar..vamos, que íbamos a estar como la semana anterior, «los de casa». Sin embargo, empezaron a llegar más y más personas y de repente, la sala se llenó. Creo que todos nos quedamos con la boca abierta, impactados. ¡Qué nervios!
Nosotros no somos cocineros y es lo primero que quisimos advertir. Además, no dominábamos el escenario en el que íbamos a trabajar. Y eso se notó porque volvimos locos nuestros pinches, Rafa y Amaia, para que nos buscaran platos, tijeras y cuchillos que no encontrábamos.
Sin embargo, creo que nuestro objetivo se cumplió. Cocinamos y enseñamos paso a paso las distintas recetas, todos lo que quisieron pudieron participar en la elaboración de los platos y además, pudieron degustar un poquito de cada cosa. Bueno, menos las alubias. ¡Malditas alubias churruscadas!
Y al final, para agradecer la asistencia, un pequeño regalito.
La verdad que nos gustó mucho la experiencia y además, conocimos a mucha gente que como nosotros nos interesa Japón. Fue una gran oportunidad y disfrutamos de ella. Un sueño hecho realidad.
Aquí podéis ver nuestro menú
Que pena no haber podido ir. ¿Para cuando el segundo? que yo me apunto seguro.
😉 No podemos decir nada de momento… pero mañana estate atento..