No puedo esperar a contaros que justo cuando salía de casa para venir a trabajar, el cartero ha tocado el timbre y me ha dicho por el telefonillo que tenía un paquete para mí!!! SÍIIII !!!!!!!!!!!! Por fín, tengo noticias de mi familia japonesa. Os preguntaréis el porqué de tanta emoción. Os lo explico.
Con el tiempo, la relación con mi familia se ha vuelto más y más distante. Los primeros años nos llegábamos a escribir tres o cuatro veces al año, pero últimamente la correspondencia ha disminuido, entre otras cosas, porque tengo que escribir en japonés y porque no me ocurren tantos cambios como para escribir tan seguido.
Así que últimamente escribo una carta es septiembre contándoles todo lo que me ha pasado durante el año y para navidad les mando una paquete con turrones y chocolates con una postal.
Y así he hecho este año. Pero…. con una diferencia. Esta vez, la carta de septiembre me la curré mucho, mucho, mucho. Junto a la carta les mandé un mini album (esos que se hacen con el programa hoffman) para que viesen a través de la fotos a mi familia en navidad, mis vacaciones, mi trabajo, Javi, mi futura casa en construcción… Vamos, que quedó muy bonito y por una vez dejé de ser cutre.
La cuestión es que después de todo el trabajo, pasaba el tiempo y no recibía respuesta y claro… ya no sabía si es que no les había llegado la carta o ya empezaban a pasar de mi.
¡¡Pero no!! Hoy cuando llegue a casa, tendré encima de la cama un paquete con una carta ( imagino) esperándo a que lo abra!
Qué ganas tengo!! Ya os contaré! MUAKKKKKKKKKKKK