Durante la tarde del jueves 20 de marzo, en la Biblioteca Pública de Yamaguchi se recibió a todo aquel que quiso acercarse a escuchar la interesante charla que nos ofrecía Efraín Villamor sobre la perspectiva que se tiene de la religión en Japón.
Efraín, que lleva viviendo en la ciudad hermanada de Yamaguchi desde 2011 y cursa sus estudios en la Universidad Prefectural de dicha población, quiso compartir con nosotros su experiencia y conocimientos al respecto en base a lo que él ha ido aprendiendo durante este tiempo.
Durante la ponencia se abordaron distintos apartados: pudimos conocer algunos de los lugares sagrados más emblemáticos del sintoísmo y el budismo en Japón; parte de sus cosmologías y sus panteones; y además algunos de los preceptos y rituales de ambas religiones, así como un rápido resumen de su historia en el país del sol naciente.
Pero para mí, sin duda alguna, lo más interesante de todo lo que escuché fue la explicación de cómo las dos religiones se complementan mutuamente. Aunque la religión originaria de Japón era el sintoísmo, la llegada del budismo no supuso confrontación alguna: ésta última, con sus sistemas organizativos yuna parte de sus ritos, entre otras cosas, fue capaz de “rellenar” los huecos que la primera no llegaba a cubrir. Con el paso del tiempo, la relación se ha ido estrechando más y más, hasta el punto de que, a día de hoy, no se puede separar a la una de la otra. Para más inri sobre este enlace y a modo de curiosidad, valga esta muestra: el budismo llegó incluso a reconocer a ciertos kami o dioses del shintoísmo como manifestaciones de algunas de sus principalesfiguras. ¿No resulta llamativo?
Así mismo, también me sorprendió agradablemente la explicación de cómo ambas religiones han influido notablemente a la sociedad japonesa en su día a día, quedando de manifiesto en el comportamiento de sus gentes, tan amables y atentas. Por ejemplo: ¿Alguien se ha fijado alguna vez en la importancia que se da al acto del agradecimiento? ¿Y qué hay del valor del deber y la dedicación? Podría decirse que todo ello va enfocado hacia el bien del prójimo. ¿Y por qué este interés, esta dedicación? Pues por el concepto del ciclo del kharma y la creencia en la rueda de las rencarnaciones budista. Desde la antigüedad, y de forma paulatina, este precepto ha ido arraigando en los valores de la sociedad nipona y se ha hecho vigente, aunque de forma sutil, en su realidad actual.
Incidiendo de nuevo en los aspectos más mundanos de la charla, he de decir que el acto atrajo a un gran número de asistentes (llegando algunos de nosotros a tener que escucharle de pie), que no se perdió detalle alguno en ningún momento. Sobra decir que la información y los conceptos presentados resultaron de lo más interesantes.
La única pega es que faltó tiempo para ver más a fondo algunos conceptos… pero así podemos asegurarnos de que Efraín volverá una vez más para continuar con la segunda parte ;).
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