Navarros en Japón: Raúl Mateos Ramos

Empezamos el mes de marzo, y esta vez tenemos a otro navarrico a punto de recorrer más de 10.000 kilómetros para emprender una gran aventura y sobre todo una gran oportunidad.

Raúl Mateos Ramos, un joven de 25 años de Zizur Mayor ha conseguido que le otorguen una de las becas más peleadas en nuestro país para viajar e investigar en Japón. Ha recibido la beca  del Gobierno japonés para graduados españoles Monbukagakusho. La beca recibida tiene como fin realizar un proyecto de dos años en una universidad en Japón. Y Raúl se ha decantado por ir a la Universidad de Tokyo, donde su profesor  junto con el cual va a realizar el proyecto, ya le está esperando.

Raúl Mateos Ramos

Raúl es Bioquímico, pero nos confiesa que estuvo enamorado de Japón incluso antes de ser consciente de ello. «Llevo desde que era pequeño haciendo origami y todavía no he dejado de hacer kusudamas . También recuerdo que descubrir Sakura Drops de Utada Hikari  fue toda una revelación para mí en mi adolescencia,me abrió las puertas al amplio mundo que es la música nipona»

Kusudamas realizados por Raúl. ¡Un artista!

 

Como veis, Japón se convirtió en su destino soñado para vivir, estudiar, o al menos para visitar  e intentó que ese sueño se hiciera realidad, sin tirar la toalla. Porque como veréis en su historia, no siempre las cosas salen bien a la primera.

¿Cómo ha sido el proceso para que te concedieran la beca?

La selección para la beca consta de tres fases:

Para pasar el primer filtro de selección se ha de mandar a la embajada de Japón en España el proyecto que se va a realizar, junto con el currículum y otros formularios descargables desde su página:

http://www.es.emb-japan.go.jp/estudios/

Si les gusta el proyecto, la embajada te cita para el segundo filtro, que consiste en un examen de inglés, otro de japonés, y una entrevista. La verdad es que no es necesario sacar buena nota en los dos exámenes, ya que los valoran en función de tu proyecto; si vas a hacer un proyecto en el que tendrás que interactuar con japoneses, te exigirán japonés. En mi caso, se centraron en el inglés. En la entrevista te preguntan principalmente por tu proyecto y por el motivo por el que quieres ir a Japón. El primer año parte de la entrevista fue en inglés, pero también pueden hacerte preguntas en japonés.

Por último, si has pasado» el mal trago» del segundo filtro, ya prácticamente has obtenido la beca; solo queda que la embajada mande las solicitudes de los preseleccionados al Ministerio de Educación de Japón para que ellos den el visto bueno.

Recomiendo a todo el mundo interesado en vivir en Japón no como turista, sino como parte del país, que intente pedir esta beca. Son pocas plazas (ocho cada año),  pero con esfuerzo, ilusión y «paciencia/tesón» (conseguí la beca al tercer intento ^^U ), se puede lograr.

¿Por qué piensas las 2 primeras veces no te dieron la beca?

Por el inglés. La primera vez que solicité la beca fue justo al terminar la universidad,  donde no trabajé el idioma en los cinco años de carrera. Al llegar el  momento de la entrevista, mi falta de soltura y los errores gramaticales se hicieron patentes. El segundo año, aunque mi inglés había mejorado (recibí clases particulares e incluso fui a Irlanda a un curso de dos semanas de inglés),  no tenía ningún documento que lo certificara, así que no pasé ni siquiera el primer filtro. Este tercer año, con un certificado de nivel de inglés, y alguna modificación de mi proyecto para que no fuera exactamente el mismo, pude llegar al segundo filtro y realizar la entrevista con más soltura que el primer año.

Explicanos un poco de tu proyecto…

Mi proyecto tiene dos partes: la primera, diseñar una base de datos de proteínas mutantes a partir datos recogidos en artículos de investigación, y la segunda,  estudiar la coevolución de una proteína transportadora y la proteína que transporta y su regulación mediante el análisis en un laboratorio de biología computacional.

Aunque yo estudié bioquímica, durante mis estudios pude realizar un diploma de bioinformática que me hizo querer que mi futuro profesional fuera en ese campo, así que ésta es la oportunidad perfecta para aprender todo lo posible en este campo.

Uff… ¡qué difícil parece!

Las proteínas tienen regiones que le definen a dónde tienen que ir, que pueden hacer, etc. Para saber qué zona de la proteína realiza qué función, se modifican partes de ella en laboratorio. Si normalmente la proteína iba al núcleo, y al cambiar un fragmento, deja de hacerlo, entonces la zona que hemos modificado era la responsable entonces de su localización.  Esta información se recoge en bases de datos como Uniprot, para el uso de otros investigadores, pero lo que no se recoge es qué hace o a dónde va la proteína al ser modificada. Esta información también tiene un gran valor en el campo de la investigación, pero al no recopilarla se pierde. Es por eso que, junto con mi director de proyecto y sus colaboradores, diseñaremos una base de datos que posea esta información “olvidada” e intentaremos adjuntarla a alguna de las principales bases de datos de secuencias genéticas y de proteínas.

La segunda parte del proyecto consiste en estudiar la evolución conjunta de ciertas proteínas con función  transportadora y la proteína que transporta, así como su regulación. Esto también lo realizaremos mediante el uso de ordenadores, analizando las secuencias de ADN que las codifican que se pueden obtener de bases de datos y de estudios previos.

Un salto importante,  no es sólo un cambio de país, es un cambio de Pamplona a Tokyo, una ciudad con más de 13 millones de habitantes ¿Cómo te imaginas tu vida allá?

El comienzo será una locura, tendré que acostumbrarme al cambio de ambiente, al metro… pero estoy seguro de que sólo será una pequeña etapa de adaptación.

También tengo la suerte de  no ser el único becado español  destinado a Tokyo, así que no estaré completamente sólo y podremos apoyarnos mutuamente. Estoy seguro de que Tokyo me va a enamorar, y que en dos años no tendré el tiempo suficiente de ver cada recodo de la ciudad.

Tampoco pienso que el tema de la comida vaya a ser un problema y, por supuesto, me esforzaré al máximo por que el idioma no sea un impedimento.

Lo único que me preocupa un poco es el clima en verano, ya que en agosto las temperaturas alcanzan los 30ºC  con un 90% de humedad. Debe de ser agobiante, pero la ilusión y las ganas con la que voy a afrontar el reto pueden con creces y hacen que toda preocupación sea mucho menor.

Vas con más españoles…

Cada año ofrecen ocho becas, así que seremos ocho los españoles que iremos a Japó na realizar nuestro proyecto. Hay gente de Cataluña, de Madrid, Andalucía…Eso sí, cada uno obtuvo la aceptación en la universidad a la que mandaron la solicitud, así que somos realmente unos cuatro los que vamos a Tokio. No nos conocíamos ninguno, pero tuvimos la oportunidad de conocernos durante la entrevista y los exámenes de idiomas en Madrid, y creo que algunos de nosotros hicimos buenas migas.

¿Qué tal llevas el japonés?

Llevo estudiando japonés todo este último año, y, aunque siento que mi nivel ha mejorado, todavía me queda mucho para llegar a desenvolverme con soltura en una conversación. Estoy seguro de que con la práctica del día a día a la que me veré obligado allí esto cambiará.

¿Te gustaría quedarte más tiempo?

Por supuesto, espero tener la oportunidad de hacerlo una vez finalizada la beca

Seguro que Raúl va disfrutar en todos los sentidos de Japón. A pesar de las dificultades que pueda encontrar en su adaptación y por las limitaciones del idioma, él va a saber salir adelante y aprovechar esta oportunidad por la que tanto ha luchado. Mucha suerte!!!

 

 

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