Hoy os proponemos un viaje para aquellos que vayáis a visitar la capital nipona: Kamakura.
Se puede llegar fácilmente en tren, se tarda una hora desde el centro de Tokyo y cuesta a día de hoy 920 yenes (6,70€). Para llegar, podéis coger la linea «JR Shonan-Shinjuku Line(Via Yokosuka Line)» que os llevará directamente hasta Kamakura.
Una vez lleguéis, os recomendamos que vayáis a visitar la zona de Hase, donde además de poder daros un baño en el mar, podréis disfrutar de uno de los templos más bonitos dedicados a la diosa Kannon de Japón, el templo Hasedera.
Para llegar a Hase se puede ir andando desde la estación de Kamakura (unos 20 minutos) o ir en tren (Enoshima Electric Railway). Al ser una zona pequeña, todo pilla bastante cerca. Desde la estación de tren, podremos ir andando tanto a la playa como al templo Hasedera.
Como decíamos antes, es un templo dedicado a la diosa Kannon y alberga en su interior una de la estatuas más grandes de Kannon de Japón. Según la leyenda, un monje llamado Tokudo Shonin encontró en la región de Nara un árbol de alcanfor enorme, del cual taló dos estatuas de Kannon. Una de la estatuas se quedó en Nara, pero la otra la dejó a la deriva del mar, de manera que el lugar a donde llegase tendría cierta conexión con la diosa Kannon. Así fue como llegó a la región de Kamakura e hicieron el templo en su honor.
La estatua de Kannon no podía fotografiarse, así que os dejo esta otra del Buda Amida. La de Kannnon es realmente impresionante, creo que el lugar en si tiene una gran energía, te da la sensación de estar en un lugar muy especial (al menos esa fue mi sensación).
Desde el templo podéis subir por lo alto de una montaña para poder ver las vistas de la bahía de Kamakura.
A lo largo de todo el templo, también encontraremos cientos de pequeñas estatuas «jizo». Muchas de estas tienen rasgos infantiles, o se les adorna con gorritos y baberos rojos. Si habéis estado en algún templo budista es posible que hayáis visto alguna.
Estas estatuas son la representación del Bodhisattva Jizo-Bosatsu, que además de ser poseedor de todas las bendiciones del mundo, es guardián de los niños y la maternidad. Así pues, estas estatuas se colocan cada vez que una madre pierde a un niño durante el parto o antes de nacer, para que cuide del alma del niño.
Tras la visita del templo, podemos dirigirnos a Kamakura. Kamakura fue una de las ciudades más importantes de Japón. Fue cuna del shogunato del clan Minamoto (llamado el shogunato Kamakura), y es considerada una de las ciudades más culturales debido a su gran número de templos. Por esto, por estar cerca de Tokyo y tener playa, es un lugar al que cada fin de semana se acercan miles de turistas.
Desde la estación podemos callejear un poco por las calles que la rodean, plagadas de tiendas con artículos tradicionales japoneses como abanicos, cuadros, bolsos, joyería, comida… También son muy conocidas sus «senbei» o galletas de arroz, si vais tenéis que probarlas! 🙂
Como hemos dicho, Kamakura tiene muchísimos templos. Uno de los más importantes es el templo sintoista Tsurugaoka Hachiman-gu. Se puede llegar andando tranquilamente desde la estación.
Fue construido originalmente en el año 1063 en Yuigahama, dedicado a la familia imperial. Pero no fue hasta el año 1191 que se trasladó a su ubicación actual en Kamakura. Y como una imagen vale más que mil palabras, os dejamos algunas fotos del templo.
Otra visita para hacer en Kamakura es su gran buda.
Es la segunda estatua de Buda más grande de Japón y merece la pena visitarla.
Como veis, Kamakura tiene muchos atractivos y cuesta poder verlo todo en un día, sin embargo visitar Hesa y el centro de Kamakura como hemos propuesto en esa entrada es una forma estupenda de pasar el día.