Ya ha pasado una semana desde aquel fatídico día en el que la tierra se movió y el agua lo arrasó todo a su paso. No pudimos echar la culpa de la gran devastación a las contrucciones de las casas, esta vez, sí que podemos decir que ante la fuerza de la naturaleza no se pudo hacer más. Lo malo es que las consecuencias no se quedaron en esas miles de vidas perdidas, de familias rotas o incluso extinguidas. Sino que a la fatalidad no le pareció suficiente tal sufrimiento, que llevamos una semana pensando en los daños que pueden causar las centrales nucleares.
Pero de esto ya tenemos suficiente información, muchos dicen que desinformación y muchos atacan a los medios de comunicación de crear y hacer creer que existe más pánico del que en verdad se está viviendo.
Pero ya vale, no me refiero a que no se informe, pero es que cada vez que escucho hablar.. siento que me faltase el aire. No quiero escuchar más premoniciones, no quiero.
Ayer, en el telediario hubo un reportaje en el que salían turistas japoneses por Madrid, era como si les echasen la culpa por haberse ido de viaje en ese momento, y además, les ensañaban los periódicos para que opinaran.
Dejadles en paz, muchos de ellos no quieren opinar. ¿Existe opinión? ¿Es tan difícil de entender que no quieren hablar de las desgracias ajenas ,y que muchos de ellos, no saben más de lo que nosotros sabemos?
Dejemos de » rebozarnos» una y otra vez en lo malo. Pensemos en los que viven, en qué y cómo se puede ayudar, en aprender de lo ocurrido y en seguir viviendo.
Estos días no he escrito casi en el blog, no podía. Me daba la sencación de estar hablando de cosas superficiales. ¿Cómo escribir sobre libros, de anecdotas, cursos… si hay un tema tan importante de actualidad? Me daba vergüeza seguir tan normal, como si no pasara nada. Pero hoy he decidido que no soy más buena , ni más piadosa, ni más sensible porque hable de esto. No, lo que yo tengo que hacer y ya…es empezar con los temas de siempre. Este es mi pequeño homenaje a Japón, en este su peor momento desde hace muchos años: el demostrarles que nos gustan sus historias, su cultura, su país y que somos muchos los que sentimos esta atracción hacia el país del sol naciente.
Porque el sol sale cada día y también, en Japón.
Un beso a todos