El cerezo es uno de los emblemas nacionales de Japón. Pero no es la clase de cerezos que estamos acostumbrados a ver aquí. Son cerezos sin fruto comestible y con mucha flor blanca o rosácea de gran valor ornamental.
Los cerezos o sakura florecen en la primavera y se convierten en tema habitual en las noticias del país. Todo el mundo está deseando que los cerezos florezcan y poder hacer hanami ( hana:flor; Mi = miru=ver; Ver flores). El hanami no se limita exclusivamente a ver las flores sino que es una buena ocasión para juntarse con los amigos y la familia e ir de picni a los parques, a la sombra de los cerezos.
Japón tiene una longitud de unos 3000 km de un extremo al otro. Lo que significa que el clima de una punta a la otra también es bastante diferente. Este cambio de clima afecta al momento de florecimiento de los cerezos. Empiezan a florecer por el sur hasta poco a poco subir hacia el norte. Este «recorrido» de los cerezos es muy comentado por ejemplo en la televisión en el momento del «Tiempo», en el que la gente aprovecha para envíar las fotos de los cerezos y envía sus comentarios.
Los cerezos en flor son belleza, pero una belleza y un esplendor que dura muy poco ya que las flores se caen en pocos día. ¿ La vida misma verdad?
¿ Por qué cuento todo esto? El otro día conocimos a la persona que tuvo la idea de crear el Parque Yamaguchi. Es un hombre obsesionado con los cerezos, tanto, que nos contó que su sueño es crear un parque con 1000 cerezos en la inmediaciones al Castillo de Javier. Un hombre que lo primero que hizo nada más bajar del autobús en Javier, fue ir a ver unos pocos cerezos que 20 años atrás habían plantado allí y solicitar a los encargados de la zona que cuidasen mejor su mayor tesoro. Os dejo un video, en el que nos cuenta que el «amor» a los cerezos se remonta en japón hasta el siglo 10. Espero que os guste.[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=4cwcxbES9eA]